Nací en Gral Alvear, pueblo del sur de la provincia de Mendoza. Uno de sus limites es el Río Atuel y se encuentra al este del Cerro Nevado.
Allí transcurrió mi infancia, adolescencia y primeros años de juventud. Pasé algo menos de la mitad de mi vida en ese pueblo sencillo y hermoso que ofrece paisajes vendimiales y donde se suceden las plantaciones de árboles frutales, alamedas y sauzales bordeando las orillas de acequias, canales y ríos.
Verdes, dorados, ocres, rojos otoñales y cielos límpidos fueron quedando fotografiados en mí y me acompañaron siempre, a pesar de los distintos escenarios geográficos por los que me fue llevando el destino.
Mi trabajo (maestra de escuela) muy distante estaba de cualquier forma de expresión artística, pero esas imágenes nunca me abandonaron, y al decir esto no me refiero sólo a los ambientes naturales sino también: a los rostros y personas que formaban parte de mi entorno (familiares, amigos, semblantes con arrugas, hombres de campo tostados por el rayo del sol) y a los animales propios del lugar. Interiormente presentía que algún día ejercería este arte y plasmaría en el lienzo lo que en mi alma estaba intacto a pesar del paso del tiempo.
A los 21 años y sin ninguna orientación artística, pinté con lapiz el retrato de mi padre. Este fue mi gran estímulo inicial y sin embargo fueron muy distanciados los ensayos que hice para perfeccionar como autodidacta mi vocación, en la que había mucho para pulir. Después de algunos años me animé a pintar rostros en carbonilla como Sarmiento, Rosas, mi abuela, Eva Perón, Che Guevara, Enrique Santos Discépolo.
Tiempo después, y siempre aprendiendo de la propia experiencia, agregue color utilizando la tiza pastel y la carbonilla.
Más tarde incorporé el acrílico, pero pasar al óleo sin ninguna orientación profesional, me inmovilizaba; entonces tomé clases para poder aplicar y manejar esta técnica y desde ese momento, todas aquellas imágenes atesoradas desde mi infancia, las gamas de colores, etc. funcionaron como musa inspiradora para lo logrado hasta hoy.
Trabajo a partir de la fotografía y me doy cuenta de que las elecciones que realizo tienen una íntima relación con mi pasado entre las fincas mendocinas.
Hola Nelly: Estuve mirando tus pinturas y son lindisimas.A mi tambien me gusta pintar,la profesora de plastica me dice q pinto muy bien.Bueno, saludos y te queremos mucho Marcelo Cabral
Adriana dice imagino una tarde de otoño, imagino la calidez en el interior de la casa y querria estar allí.Agradezco a la autora provocar con su obra estas reacciones
3 comentarios:
Hola Nelly:
Estuve mirando tus pinturas y son lindisimas.A mi tambien me gusta pintar,la profesora de plastica me dice q pinto muy bien.Bueno, saludos y te queremos mucho
Marcelo Cabral
Hola Nelly:
Felicitaciones, el lugar resulta tan atractivo que nace la idea de ir a disfrutarlo.
Roberto
Adriana dice imagino una tarde de otoño, imagino la calidez en el interior de la casa y querria estar allí.Agradezco a la autora provocar con su obra estas reacciones
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